20 abr 2010

ESPACIO DE DISCUSIÓN: La crítica de la tradición filosófica. Nuevas lecturas en Historia de la Filosofía.


JUEVES 29 DE ABRIL. 9:00-10:30

Están discutiendo:

- Sergio Rodero (U. de Granada)
“El pensamiento político leibniziano en nuestros días”.
- Inmaculada Hoyos Sánchez (U. de Granada)
“Spinoza: filósofo de la desmitificación”
- Joaquín Gil Martínez (U. Jaime I de Castellón)
“Finitud y perfectibilidad. Implicaciones prácticas de la antropología feuerbachiana”
-Vicente Muñoz-Reja (U. Autónoma de Madrid)
“El problema del fundamento en la filosofía temprana de Gilles Deleuze”

2 comentarios:

  1. En relación al texto de Sergio: a pesar de que manejas mucha bibliografía secundaria, hecho en falta más referencias en tu texto a los escritos políticos de Leibniz. Personalmente, el examen de estos textos en la edición de la academia berlinesa me lleva a apoyar la tesis que señalas de Basch, que sugiere una política en Leibniz no filosófica y que yo llamaría más bien pragmática. Este es por ejemplo un fragmento del Caesarinus Furstenerius realmente llamativo:

    “Todo lo considero de acuerdo a su utilidad; por ello afirmo que hay demasiados libros sobre el derecho consagrado en fórmulas y leyes y casi ninguno en cambio que refiera al verdadero estado de las cosas (…) Las viejas letanías de las leyes y el vacío armazón de las capitulaciones de los príncipes se olvidan pronto cuando éstos se alzan en armas. En el fragor de las armas las leyes resultan silenciadas".

    Este "inter arma silent leges", ¿no nos acerca a un Leibniz prácticamente schmittiano? Y su teórica defensa de la tolerancia, ¿no ha sido tal vez exagerada si tenemos en cuenta que su respuesta a la crisis europea pasa por una guerra en Egipto, una solución para nada moderna y propia del más crudo realismo político? ¿No crees en definitiva que las grandes expectativas generadas por un Leibniz sobresaliente en tantos campos tal vez perjudican el examen riguroso de sus escritos políticos? ¿No sería una lectura desde la Historia política, que tu pareces rechazar al final de tu ponencia, precisamente la mejor respuesta a la tradición predominante en la recepción del Leibniz político? Yo creo que esta tradición sacrifica demasiado el rigor histórico por un abstracto presentismo que no nos ayuda demasiado a comprender a este Leibniz.
    Víctor Egío

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  2. Voy a comentar brevemente un aspecto del texto de Inmaculada Hoyos y a plantear algunas cuestiones que a mi me resultan de especial interés.
    Al comienzo de tu propuesta describes la primera de las mistificaciones o ilusiones denunciadas por Spinoza. Una manera de comprender la desmitificación es reduciéndola a la crítica de la trascendencia desde una alternativa inmanentista. (Pero también podríamos presentarla según los pares plurivocismo-univocismo; Descartes vs. Spinoza; alternativa panteísta; etc). Describes, a mi juicio adecuadamente, lo que “sucede” en la primera parte de la Ética. No obstante, quiero pedirte algunas precisiones para que podamos problematizar conjuntamente las operaciones ontológicas que allí tienen lugar.
    Dices, en la página 3, que lo que te «interesa resaltar aquí es que entre la naturaleza y la sustancia única hay una relación de continuidad»… poco después, que «entre naturaleza, sustancia y Dios hay una relación de identidad»… No obstante, también propones que el término “naturaleza” es el más comprehensivo porque sólo desde tal término se hace la distinción entre natura naturans/ natura naturata. Yo, en primer lugar, y dentro de los límites de Spinoza, siempre he preferido leer Naturaleza-sustancia-Dios forzando la sinonimia; es decir: intentando concebirlos como intercambiables (donde diga “dios”, dice también “naturaleza”, “sustancia”… y así con todas las combinaciones). Por eso creo que sólo puede tener valor suponer que hay una “reducción” spinozista de Dios en Naturaleza si estamos considerando la noción de Dios ad extra de la obra de Spinoza; esto es: si consideramos que él propone una nueva concepción. Más allá se pierde el sentido de “continuidad” que señalabas o tenemos que volver a discutir la cuestión de la identidad… y con todo ello, la cuestión también del univocismo (por eso el “o” y no el “y” en “Dios o naturaleza”).
    Ahora bien, la sustancia (dios-naturaleza) se comporta en sí como naturans, lo que genera lo dado, de lo que emana lo dado, la razón, la causa inmanente (que permanece o no guarda distinción con el efecto), pero también como naturata (esto es, como el efecto, lo dado). Es muy sencillo describir esta ontología como algo procesual, genético… (lo fue para Hegel, recordemos que es un spinozista que trata de salvar la identidad y la inmanencia). Creo que lo que importa aquí es entonces comprender el régimen diferencial o la naturaleza de la diferencia entre naturata y naturans (así como entre sustancia-atributos-modos), ya que la idea de “dos puntos de vista de una misma cosa” propone un modelo (una moneda con cara y cruz, por ejemplo) pero no explica mucho (pues lo que debemos comprender es cómo es posible que una misma moneda tenga cara y cruz distintas para el caso de la sustancia).En definitiva, mi pregunta sería algo así: ¿piensas que Spinoza plantea y soluciona bien este problema de lo uno-múltiple, o de la identidad-diferencia… en relación con la doble dimensión naturans-naturata de la sustancia única? En otras palabras, más directa y llanamente: ¿Cómo se explica que la naturaleza, siendo una, se comporte de dos maneras distintas? La ontología de Deleuze es un gran intento de solucionar el vínculo entre estas categorías… Pensemos, por ejemplo, en cómo operan las diferencias-singularidades de lo virtual en el plano de inmanencia.

    Vicente Muñoz-Reja Alonso

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